martes, 10 de junio de 2008

INCRETINAS



Es conocido, de sobra, que la naturaleza es pródiga en su haber, en
lo propicio y en lo adverso, en lo sustancial y en lo banal, en lo tóxico y en lo
antídoto. Que posee en ella misma, los venenos y los remedios.
Prueba de ello, es el descubrimiento en la saliva de la salamandra
(heloderma suspectum), de los análogos de las incretinas; polipéptido inhibidor
gástrico (GIP), péptido similar al glucagon 1 (GLP-1), incretinas ambas,
producidas por células L del estómago.
Parte de este prodigio de formas incretinícas, las encontramos en
cuatro categorías: las que disminuyen la adiposidad y corrigen la
lipotoxicidad, las reductoras de la producción excesiva de glucosa del hígado, las específicas en la vía selectiva de la insulina y las que incrementan la secreción de la insulina estimulada por la glucosa.
Cada uno de estos grupos posee de cuatro a seis sustancias orgánicamente fundamentales.
En este último grupo se encuentran las sustancias de las cuales nos ocuparemos; agonistas del péptido semejante al glucagon (GLP-1) e inhibidores de la dipeptidilpeptidasa-IV, (DPP-IV).
Estas incretinas o pépticos intestinales, tienen la propiedad de: retardar el vaciamiento del estómago, disminuir la ingesta de alimentos, aumentar la supresión del glucagon (hormona contrareguladora de la insulina),
incrementar la liberación de insulina, inhibir la apoptosis betapancreatica y estimular la neogénesis de las mismas. ¡¡¡¿¿¿Es posible……..todo esto???!!!.
Al parecer, sí. Y ahora se están fabricando análogos de las incretinas; los incretinomiméticos, semejantes al péptido similar al glucagon 1, con las mismas bondades pero con mayor resistencia a la dipeptidilpeptidasa IV, enzima que degrada fisiológicamente al péptido similar al glucagon 1 natural.
En la carrera contra la diabetes mellitus tipo 2, se han ensayado y usado diferentes y variados fármacos en los diversos tiempos para su “tratamiento” y control, tales como: estimulantes de la producción de insulina, sensibilizadores de los tejidos periféricos, inhibidores de la absorción de insulina y las insulinas mismas.
Ahora vienen a agregarse, al arsenal terapéutico, los incretinomiméticos, sustancias muy parecidas a las encontradas en la saliva de la salamandra, pero, con mayor pureza y resistencia a su degradación por las enzimas orgánicas.
Ejemplo de ello tenemos a la exenatida, incretinomimético de producción industrial que viene a reforzar a los diabetoterapéuticos ya existentes
Y no solamente prometen bondades en el control de la diabetes mellitus tipo 2, sino también en la atención del paciente obeso, conocido el resultado final como el medicamento ideal para el tratamiento y control de la diabesidad (diabetes + obesidad), mal de nuestros tiempos y que no solamente se encuentra ya
produciendo estragos en la población general, sino que continua su crecimiento exponencial.
Que el que no se sabe equivocar, esté con nosotros, - el factor tiempo -, para ver y beneficiarnos de dichas bondades que rayan en la ficción. Sin embargo, primero es soñar, lo que queremos que se torne en realidad.
Muchas, muchas, muchísimas, cosas que se antojaron imposibles, ayer, hoy son cotidianidades, tanto que ya hasta nos hicieron perder nuestra capacidad de asombro, pues son para nosotros, “cosa de todos los días”.
¿Los incretinomiméticos, imposibles; posibilidad de nuestro tiempo?.
No serían los únicos

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